A pesar del rápido aumento de potencia del software y hardware de servidor, reducir el tamaño de las páginas y el tiempo de carga sigue siendo un factor importante. La mejor manera de reducir drásticamente ambos es optimizando las imágenes antes de subirlas. Por su naturaleza, los JPEGs son los que más se benefician de las técnicas de optimización populares. La siguiente es una guía paso a paso para hacer que tus imágenes luzcan genial al mismo tiempo que ocupan el mínimo espacio posible en tu servidor.
Reúne tus herramientas
Existen literalmente decenas, si no cientos, de magníficos programas por ahí que pueden usarse para retocar las imágenes de tu sitio web. Entre las opciones populares tenemos programas para escritorio como Photoshop y Gimp, así como servicios en línea como Pixlr y JPEG Mini. Si usas un CMS como WordPress, hay plugins disponibles como EWWW Image Optimizer o CW Image Optimizer que pueden automatizar el proceso.
Recorta y enfoca tus fotos
Antes de comprimir nada, es importante que lleves a cabo un poco de preoptimización. Lo primero es recortar cualquier espacio no deseado en los márgenes de las imágenes y redimensionarlas a la resolución deseada. Juega tanto con el enfoque como con la luminosidad hasta que consigas el aspecto deseado. Finalmente, asegúrate de eliminar cualquier metadato no deseado o irrelevante como palabras clave y detalles de geolocalización.
Reduce el tamaño de las imágenes y súbelas
Una vez estés listo, tendrás que escoger un ratio de compresión. Puedes reducir fácilmente un JPEG de 1MB hasta 50K o menos y seguir teniendo una imagen bastante nítida con la que trabajar. Un ratio de compresión del 40% da como resultado una imagen con un 60% de calidad, lo cual suele ser más que adecuado. Si haces clic en la opción “Archivo > Guardar para la Web” en Photoshop, mostrará una vista previa de los distintos niveles de compresión.
Añade metadatos a tus archivos
Aunque la calidad de la imagen es el aspecto más importante de la optimización JPEG, actualizar los metadatos una vez que las imágenes han sido subidas también es clave. Los textos “alt” e “image” que asocias con tus JPEGs pueden tener un gran impacto en la salud SEO de tu sitio web. Cuando estés subiendo tus imágenes, añade palabras clave relevantes y texto meta que tenga sentido en el contexto de la foto y de su contenido relacionado.
Evalúa el resultado y afina
La pieza final del rompecabezas es asegurarte de que tus esfuerzos han arrojado resultados positivos. Afortunadamente, existen varias aplicaciones gratuitas y de pago disponibles en línea que pueden simplificar el proceso. Usa Screenfly para asegurarte de que todo se vea bien en varios navegadores y dispositivos informáticos. También querrás asegurarte de que los tiempos de carga de las páginas hayan disminuido utilizando herramientas como Image Delivery Test y Pingdom.
Las ventajas de las imágenes optimizadas
Aunque optimizar tus JPEGs puede ahorrarte algo de dinero en términos de espacio de almacenamiento y costes de ancho de banda, esa no es la razón principal para hacerlo. El quid de la cuestión es que un sitio web con imágenes debidamente optimizadas es simplemente más rápido y ofrece una experiencia superior a sus visitantes. Esto puede reducir en gran medida las tasas de rebote, aumentar la clasificación en los buscadores y hacer que tu sitio web sea más rentable.